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domingo, 20 de marzo de 2016

CRÍTICA OCHO APELLIDOS CATALANES (2015), POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE

Sinopsis: Las alarmas de Koldo se encienden cuando se entera de que su hija Amaia, tras romper con Rafa, se ha enamorado de un catalán. Decide entonces poner rumbo a Sevilla para convencer a Rafa de que lo acompañe a Catalunya para rescatar a Amaia de los brazos del joven y de su ambiente.

“Ocho apellidos vascos” es una comedia española que se estrenó en 2014, siendo un éxito inconcebible. Recaudó 60 millones de euros (77,5 millones de dólares) en los cines españoles, convirtiéndose en la película española más vista y más taquillera en España. Casi 10 millones de espectadores fueron a ver la película en los cines, debido mayormente al factor boca-oreja, y porque en España tener mal gusto no es delito. Tal fue el éxito de la película que incluso ganó tres premios Goya (los Oscar del cine español), dos de ellos merecidos. También ganó el Fotogramas de Plata en la categoría de mejor película según el público, un público que seguramente no vio ninguna otra película ese año, porque sino no se entiende que premiaran la película.

Después del colosal e inmerecido éxito que tuvo “Ocho apellidos vascos”, era previsible, aunque para quien escribe no deseable, que no tardaran en hacer una secuela, que se estrenó el año pasado con el original y currado titulado de “Ocho apellidos catalanes” (nótese el sarcasmo). Al poco de empezar la película el protagonista dice una frase rajoyera: “Tú te pegas una semanita en Sevilla, en semana santa, y el cuerpo lo que te pide es ser español.” Después de ver la película, lo que al arriba firmante le pedía el cuerpo era cagar y vomitar, pero ser español no.

“Ocho apellidos catalanes”, al igual que su antecesora, está protagonizada por Dani Rovira. Hubiese mejorado considerablemente el resultado final de ambas películas que las hubiera protagonizado un actor, pero por algún motivo que escapa a la razón le dieron el papel a un sujeto que tiene la gracia de una escobilla de inodoro. Repiten también Clara Lago, que según dicen es actriz, y Carmen Machi y Karra Elejalde, por eso de meter actores en la película.

En esta secuela de “Ocho apellidos vascos” hay tres incorporaciones destacables en el reparto: Belén Cuesta, Rosa Maria Sardà y Berto Romero. Por favor, que en vez de hacer una tercera parte, un “Ocho apellidos gallegos”, hagan un spin-off centrándose en los personajes de Cuesta, Sardà y Romero, a ver si de éste modo consiguen hacer una buena película.


El guión es tan intrascendente como el de “Ocho apellidos vascos”. Los guionistas de la película, Borja Cobeaga y Diego San José, cometen en “Ocho apellidos catalanes” el mismo error que cometieron en “Ocho apellidos vascos”, desarrollar una historia de amor absurda y sin sentido apoyada en un seguido de chistes y gags con poca o ninguna gracia. Los personajes están construidos en base a tópicos y estereotipos exagerados a más no poder, de forma tan ridícula que molesta y llega a resultar ofensivo.

El burdo guión no sólo es intrascendente, además carece de la transgresión política que podría haber llegado a tener. En vez de eso Cobeaga y San José prefieren hacer un sátira de mala fe sobre el movimiento independentista catalán, relegándolo a poco menos que una fantasía absurda, una “algarabía”, una farsa montada para vivir una fantasía, como la Alemania socialista de “Good bye, Lenin!”, de la que han copiado con descaro.

Los efectos especiales son megacutres. Un travelling ascendente hacia el espacio que parece un copia y pega del efecto que se puede ver en Google Earth, un satélite hecho con 3D Max que no se molestaron en texturizar y ni siquiera en renderizar, un cometa que más que un efecto especial parece un dibujo animado, un travelling descendente hasta un plano aéreo de la Plaza de España de Sevilla que se ve claramente que es una imagen sacada de Google Maps, y un chroma que canta más que una soprano a máxima potencia y en el que parece que han metido como fondo un trozo del opening de la serie animada “Rovelló”. Resulta alucinante que, con 4,5 millones de euros de presupuesto, no hayan podido hacer bien los cinco efectos especiales que tiene la película.

“Ocho apellidos catalanes” se va tan ricamente a la papelera de mi escritorio, junto con su antecesora, haciendo compañía a “Mentiras y gordas”, “XP3D” y otras joyas del cine español cuyo visionado la Organización Mundial de la Salud debería prohibir.

Lo mejor: Carmen Machi, Karra Elejalde, Belén Cuesta, Rosa Maria Sardà y Berto Romero.

Lo peor: La burla y el ridículo al movimiento independentista catalán se hace con muy mala fe, resulta ofensivo.

Mi calificación es: