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sábado, 11 de octubre de 2014

CRÍTICA TORRENTE 5 (2014) . POR ALBERT GRAELLS

SISTEMA DE CALIFICACIÓN: ☆ MALA BUENA MUY BUENA EXCELENTE























































































Sinopsis: Año 2018. Torrente sale de la cárcel, y se encuentra aturdido ante una España convulsa y dividida. Debe encontrar respuestas en su interior para despejar su confusión, y por ello decide convertirse en un "fuera de la ley". Así que se propone atracar un casino con una banda de incompetentes. A través de un contacto de su estancia en prisión, localiza a John Marshall, la persona que se ocupó de supervisar la seguridad cuando se planificó el principal casino-hotel de Eurovegas. Marshall, el más indicado para planificar un golpe, le explica la necesidad de organizar una banda de especialistas, que Torrente se encargará de reclutar entre sus "contactos".

“Torrente 5: Operación Eurovegas” (2.014) es la quinta y, hasta el momento, última película de la saga Torrente, después de “Torrente: El brazo tonto de la ley” (1.998), “Torrente 2: Misión en Marbella” (2.001), “Torrente 3: El protector” (2.005) y “Torrente 4: Lethal crisis” (2.011).

¿Pero qué es Torrente? Para el público que no lo conozca el personaje Torrente (su nombre completo es José Luis Torrente) es el protagonista de la saga de películas que llevan su nombre. Torrente es un ex-policía calvo, gordo, obeso, alcohólico, corrupto, ladrón, chantajista, machista, mujeriego, racista, xenófobo, homófobo, fascista, grosero, maleducado, egoísta, ruin, ególatra, miserable, rastrero, traidor, obseso sexual, fan del Fary e hincha del Atlético de Madrid… en fin, una perla. Torrente siempre se aprovecha de los discapacitados, de los inmigrantes, de los pobres, de las mujeres y de los deficientes mentales para conseguir sus fines vilmente y para que hagan el trabajo sucio por él.

El personaje de Torrente es una alusión crítica y una referencia burlona y caricaturesca a lo casposo, lo rancio y lo zafio de muchos personajes del postfranquismo que, durante la transición, se negaban a adaptarse a los tiempos de la nueva democracia, y recordaban con nostalgia la dictadura franquista y alababan al dictador; personajes como Manuel Fraga, Francisco Pérez de los Cobos, Antonio Tejero, etc.

Santiago Segura (el actor que interpreta a Torrente, además de ser guionista, director y productor de todas las películas de la saga) se inspiró en personajes como Homer Simpson, Mr. Bean, Nerón, el jefe Wiggum o el personaje de Orson Welles en “El tercer hombre” para crear a Torrente, cogiendo lo miserable y lo egoísta de cada uno de esos personajes.

Santiago Segura hizo “Torrente: El brazo tonto de la ley” inspirándose en las películas de justicieros. Fue una película modesta de apenas 1,7 millones de € de presupuesto, y que resultó en un gran éxito de taquilla al recaudar casi 11 millones de €. El público respondió entusiasmado (más de 3 millones de espectadores vieron la película), y también la crítica, en mayor o menor medida, pero que sin embargo pondrían a parir mayormente las secuelas posteriores.

Para “Torrente 2: Misión en Marbella” Santiago Segura se inspiró en las películas de agentes secretos de espionaje tipo James Bond, por lo que fue más ambiciosa que su predecesora, al contar con un presupuesto mayor, 2,8 millones de €, y con más escenas de acción y más espectaculares. El éxito de taquilla también fue mayor, al recaudar más de 22 millones de € y ser vista por más de 5,3 millones de espectadores.

La película “El guardaespaldas”, con Kevin Costner, sirvió como inspiración a Santiago Segura para hacer “Torrente 3: El protector”. En esa ocasión Segura quiso hacer una producción más ambiciosa, y presupuestó el film en 5,5 millones de €. Esa considerable inversión sirvió para realizar más escenas de acción mucho más espectaculares, como el inicio de la historia en el avión, la persecución por las calles de Madrid (aunque la mitad de la persecución se filmó en las calles de Buenos Aires), o el final del film ambientado en Washington.

“Torrente 3: El protector” resulta el mejor film de la saga al haber sido realizada con unos resultados técnicos muy notables. Se rodó en formato panorámico, las escenas de acción se realizaron con habilidad y mucha espectacularidad, los efectos especiales son sorprendentes, y el maquillaje fue muy laborioso.

En su primer fin de semana “Torrente 3: El protector” recaudó hasta 7,2 millones de €, y al final de su carrera comercial sumó más de 18 millones de €.

“Torrente 4: Lethal crisis” es la película más costosa de la saga, con un presupuesto de 10 millones de €. El aumento del presupuesto, en parte, se debió al mayor tiempo de rodaje que se necesitaba al rodarse la película con el costoso sistema de estereoscopia 3D patentado por James Cameron, cuya empresa colaboró en el rodaje de la película.

El film también fue un éxito de taquilla, al recaudar 8,7 millones de € en su primer fin de semana y 20 millones de € al finalizar su carrera comercial.

Y ahora llega “Torrente 5: Operación Eurovegas”, realizada con un presupuesto de 8,5 millones de €, y que se estrenó el pasado 3 de octubre.

Cuando uno va a ver Torrente sabe que no va a ver un biobic dramático oscarizable. Ya es conocida ampliamente la propuesta que ofrecen las películas de Torrente y se acepta, de modo que más que por películas en sí, quien escribe prefiere juzgar las películas de Torrente dentro de su propuesta. Claramente si se las juzga como películas en sí el resultado es normalito tirando a regular, pero las películas de Torrente no juegan a eso, su objetivo no es ese, las películas de Torrente se han hecho para entretener y divertir al espectador con el mayor número posible de gags. Hay quien acepta entrar en el juego y hay quien no. Personalmente, quien escribe prefiere entrar en el juego, aunque eso no impide a mi imparcialidad y objetivismo restarle puntos a las películas por no ambicionar ser lo mejor posible en vez de conformarse con hacer tronchar de risa al espectador, pero también valoro los aspectos positivos y los remarco.

El gran atractivo de ésta quinta entrega es que, en esta ocasión, el antagonista es interpretado por una estrella de cine de Hollywood, Alec Baldwin. Baldwin no lo hace mal, su actuación está bastante bien. A ver, él ya sabía en el tipo de película en la que trabajaba e hizo una actuación cómica como le tocaba. También se nota el esfuerzo que ha hecho al hablar en castellano. Tampoco habla tanto castellano, casi la mitad de sus diálogos son en inglés, pero se nota el esfuerzo.

Otro gran atractivo son los cameos de personas famosas o populares. Muy probablemente el público latinoamericano no conocerá la gran mayoría de los personajes que hacen cameos (hay uno que seguro que sí es muy conocido en Latinoamérica), porque son personajes muy conocidos únicamente entre el público español, pero para el público español muchos de los cameos que salen en la película son sorprendentes y muy divertidos.

En el aspecto técnico la película también es notable. Santiago Segura ha ido cogiendo mucha experiencia y ha mejorado mucho en el tema de saber dónde poner la cámara, que movimientos de cámara hacer, que planos realizar, que encuadres, etc. Al menos en las escenas de diálogo, en las secuencias de acción aún tiene que mejorar un poco. La acción que se ve en “Operación Eurovegas” está muy bien realizada, sobretodo en el clímax, pero los movimientos de cámara y la composición de los planos podrían ser mejores. Las escenas de acción de “El protector” estaban mejor grabadas. Pero a pesar de eso la acción que se ve en “Operación Eurovegas” está bien.

Pero lo mejor de “Operación Eurovegas” es el contexto de la historia, algo en lo que se parece en cierta medida con “Ayer no termina nunca”, de Isabel Coixet. En ambas películas, “Operación Eurovegas” y “Ayer no termina nunca”, el contexto era el de un futuro muy cercano, el año 2.018, en el que España está destrozada por la crisis; Catalunya se ha independizado, hay más gente en el paro que con trabajo, el sueldo mínimo interprofesional es de 280 €, la edad de jubilación ha subido hasta los 72 años, el IVA está al 50%, Rajoy sigue como presidente del gobierno y ha pedido un tercer rescate, el país ha salido del euro y ha vuelto a la peseta, la gente no quiere salir de prisión sino que quiere entrar para tener tres comidas diarias y un techo bajo el que dormir, los niños se mueren de hambre y son explotados laboralmente, el servicio sanitario es tercermundista, los contenedores y cubos de la basura son los nuevos supermercados, se empiezan un mogollón de obras y nunca se acaban, se gasta un montón de dinero en instalaciones mastodónticas vacías que nunca se utilizan, los españoles que pueden emigran a Alemania… vamos, salvo algunos detalles, sería como es España ahora más o menos, una pesadilla del carajo.

Claramente ésta contextualización del film es una dura crítica al pasotismo y la corrupción de los políticos gobernantes en España, y por eso está bien el contexto, porque no sólo es una representación de la realidad actual, sino que es una representación de cómo podría llegar a ser España en un futuro próximo si no se cambian las cosas. En esto “Operación Eurovegas” también se parece un poco a “1.984” de George Orwell. En “1.984” Orwell representó sus peores temores de los que podía pasar en la segunda mitad del siglo XX si se repetía lo que sucedió en la primera mitad, el levantamiento del fascismo y la creación de las grandes superpotencias.

Por desgracia estos aspectos positivos se ven apartados por los defectos del film. La tres primeras películas tenían historias y tramas que interesaban al espectador, sin embargo en la cuarta entrega el guión se centraba más en los gags que en la historia, y en ésta quinta entrega sucede lo mismo que con la cuarta, la historia no tiene tanta garra como la tenían los guiones de los tres primeros Torrente.

A ver, que la película tiene muchas escenas que son bastante divertidas y con las que el espectador se ríe bastante, todas las películas de la saga se mueven con eso. La diferencia es que en las tres primeras las escenas de comedia y humor se hacían a partir de una historia, y por eso el conjunto funcionaba mejor. En cambio, en las dos últimas entregas, ocurría lo contrario, era la historia la que se formulaba a partir de los gags, y por eso no terminaba de funcionar.

Otro defecto importante son los que encarnan a los ayudantes retrasados, subnormales o deficientes de Torrente, que eran interpretados no sólo por actores, sino por buenos actores, como Javier Cámara en “El brazo tonto de la ley”, Gabino Diego en “Misión en Marbella”, y Carlos Latre y José Mota en “El protector”. Claro, como sabían actuar daban fuerza a sus personajes y conseguían que estos recibieran el cariño del espectador.

¿Qué ha ocurrido? Que en “Lethal crisis” el ayudante de Torrente estaba encarnado por Kiko Rivera y en ésta “Operación Eurovegas” está encarnado por Jesulín de Ubrique. ¿Cuál es el problema? Que no son actores, y se nota. Claro, como Kiko Rivera y Jesulín de Ubrique ya son de por sí retrasados, subnormales y deficientes, pues lo que hacen es interpretarse a sí mismos, así que como sus personajes ya son como ellos simplemente no actúan sino que hacen de ellos mismos.

Claro, como estos tarados se interpretan a sí mismos, el espectador no ve a personajes, ve a las personas que hacen de ellos mismos. Así no hay manera de que esos personajes caigan bien, porque no son personajes, son esos tarados tal cual, y esos tarados no caen bien a nadie.

También es un error que a Torrente, poco a poco, se le ha ido sacando de su escenario, del escenario que define al personaje y que es una representación y una extensión del personaje: barrios marginales, delincuencia, bares cutres de barrio, clubs de alterne, casas antiguas y arruinadas, etc. Poco a poco, a cada película, Torrente se movía menos por esos escenarios y se movía más por escenarios que resultaba evidente que no encajaban por mucho que se forzaba. En las tres primeras películas eso estaba bien equilibrado, pero a partir de la cuarta entrega el personaje actúa en escenarios en dónde se ve que no pega. Es como Spiderman, el personaje de Spiderman actúa en Nueva York porque es el escenario que le define, es un escenario que es una representación y una extensión del personaje. Spiderman no funcionaría si de repente se moviera por Miami, pues con Torrente ha ocurrido más o menos eso.

El final tampoco es convincente. Las tres primeras películas terminaban bien, pero la cuarta y ésta quinta entrega tienen finales que no convencen, no encajan, sobretodo el final de ésta “Operación Eurovegas”. Quien escribe se le ocurren un montón de maneras mucho mejores con las que podía haber acabado la película.

Además, “Operación Eurovegas” tiene efectos especiales digitales que están muy bien (en el clímax se nota un poco los efectos digitales, pero están bien hechos), están muy bien hechos, pero han sido realizado a modo de ostentación. Gustan más los efectos de las tres primeras películas, que eran efectos más artesanales y modestos, pero impresionaban más y hacían mucha más gracia.

También es una lástima que el gran Tony Leblanc no haya podido actuar en persona en ésta última entrega de la saga como sí lo hizo en las otras (no ha podido más que nada porque falleció). A ver, sigue estando presente mediante un truco que Segura ha utilizado muy bien, pero no es lo mismo, y se echa de menos. Una película de Torrente sin Tony Leblanc… baja muchísimos puntos.

En conclusión. “Operación Eurovegas” es mejor que “Lethal Crisis”, e incluso gusta más que “El brazo tonto de la ley”, pero sus defectos le impiden llegar al nivel de “Misión en Marbella” y “El protector” a pesar de sus aciertos. Personalmente no creo que merezca la pena verla en el cine.

Lo mejor: Alec Baldwin, el buen hacer de Santiago Segura, la acción y algunos buenos gags de humor muy bien pensados.

Lo peor: Un final decepcionante, unos escenarios ostentosos que no encajan con la identidad de Torrente, un guión que necesita mucha más garra, y que no esté Tony Leblanc pero que sin embargo sí esté Jesulín de Ubrique y que encima enseñe sus genitales, que absolutamente nadie tiene interés en ver.

Mi calificación es: